Nuestra Historia

Historia 

Este espacio/proyecto se construye colectivamente, desde diversos enfoques y disciplinas. Sus inicios se ubican en el marco de un curso de verano titulado “Formas ausentes y emergentes de iglesia: más allá de los márgenes de la eclesialidad oficial” de la Maestría en teología y mundo contemporáneo, de la Universidad Iberoamericana. El curso fue pensado como un espacio de diálogo, apertura e interpelación al quehacer teológico para la identificación de otras formas eclesiales.

En el curso partimos del supuesto de que el modelo teológico-cultural de Iglesia hegemónico presenta deficiencias y aporías que lo hacen incapaz de buscar y crear opciones, y de responder a las urgencias que viven las personas y a los contextos complejos en que se encuentran, marcados por violencias y negaciones. De manera más o menos similar, los métodos tradicionales de la teología resultan insuficientes para acercarse y poner al centro la vida de las personas: con sus cuerpos, sus afectos, las violencias que les atraviesan, sus historias, etc. 

Ante ese contexto, pensamos el curso como la posibilidad de crear un espacio de acercamiento y exploración a diversas metodologías que nos ayuden a identificar otras formas de eclesialidad, en las que las personas viven su fe al margen de la institucionalidad y de la jerarquía eclesiales hegemónicas. Para generar ese espacio, la invitación al curso se hizo extensiva a egresadxs de maestría y licenciatura y a estudiantes de licenciatura; asumiendo la importancia del papel que tiene la universidad para provocar ideas comprometidas y movimientos teórico-prácticos en sus aulas y con sus estudiantes y profesorxs, en diálogo con otros espacios. El curso estuvo guiado por José Legorreta en los temas teológicos y por Ameyalli Martínez en los talleres de metodologías.

En un primer momento realizamos un breve diagnóstico del modelo eclesial hegemónico, en el que dimos cuenta de que la eclesialidad oficial marca formas de vivir la fe que están sostenidas por conceptos y conocimientos que ella misma elabora, lo que deriva en la exclusión de todas aquellas formas de vivir la fe que no siguen las pautas marcadas. Esto, se enmarca en una fractura del estar en comunidad, que se ve reflejado en la iglesia, pero también en otras instituciones como la familia, las escuelas, el Estado. Asimismo, la estructura y organización de la eclesialidad hegemónica no miran las realidades y contextos de las personas. 

Por su parte, el quehacer teológico es considerado, auto-considerado, como un saber de élite que, en muchas ocasiones, responde a las pautas marcadas por la eclesialidad hegemónica y excluye las historias y vidas de las personas como lugares desde los que se vive la fe.

Posteriormente, tuvimos un acercamiento a dos formas de hacer teología que se posicionan frente a la hegemónica oficial, estas son la teología de la liberación y la teología feminista. Ambas teologías, desde lugares y en momentos históricos distintos, buscan posicionar su hacer desde las historias y vidas de las personas que han sido violentadas y despojadas de diversas maneras. Y en el caso de la teología feminista, se pone énfasis especial en la espiritualidad que pasa por el cuerpo.

El resto del curso estuvo dividido en dos partes que avanzaron a la par: 1) exploraciones y recuperación de “otras iglesias posibles” y 2) experiencias metodológicas de acción. 

En lo referente a las exploraciones y recuperación de otras iglesias, revisamos el pluralismo en los orígenes del cristianismo, las Comunidades Eclesiales de Base (CEB’s) y espiritualidades no-confesionales. Con estas revisiones pudimos dar cuenta de las diversas formas de vivir la fe que han tenido lugar a lo largo de la historia y que han respondido a contextos y situaciones específicas, marcadas sobre todo por violencias y/o inconformidades con el poder. Formas en las que el Espíritu se hace presente, pero que han quedado silenciadas o negadas por el modelo de iglesia hegemónico.

Por otro lado, respecto a las experiencias metodológicas, tuvimos en el curso una serie de talleres de “otras metodologías”, es importante decir que pensamos los talleres vivenciales porque creemos que el conocer y aproximarnos a otras metodologías pasa, necesariamente, por vivirlas en cuerpo propio. Las metodologías que revisamos/vivimos fueron: feministas, decoloniales, de las CEB’s y de la psicoterapia. Con estos talleres ocupamos y nos hicimos presentes en el aula de otras formas, con nuestras historias, afectos, cuerpos, ideas y contextos. El propósito de revisar estas metodologías fue poder identificar las dimensiones de la vida que tocan, qué le dicen a los métodos de la teología y explorar formas de trabajar con/desde estas metodologías en el quehacer teológico y eclesial.

Así, el camino que transitamos a lo largo del curso nos llevó a formular propuestas que dieran respuesta a las violencias, pero también a las historias, encuentros, afectos e ideas que se provocaron en el curso. Una de las propuestas es este proyecto de investigación, conformado actualmente de forma colectiva por personas que participamos/vivimos el curso.  

Centro Latinoamericano de Formación Teológica y Bíblica a Distancia

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